domingo, 24 de agosto de 2008

Día 1. Madrid-Algeciras-Ceuta-Chauen


21:00 horas. ¿Todos listos? En marcha! Salimos de Madrid dirección Algeciras. Apenas había tráfico y llegamos al puerto a eso de las 5:15 am. Justo para llegar hasta el puerto de embarque al ferry.

Había algunos coches en la cola, pero no muchos. Los billetes del ferry tienen la hora abierta así que cogimos el primero de la mañana, el de las 6.00 am. Ya dentro, nos echamos una cabezadita.

En Ceuta, lo primero que hacemos es llenar los depósitos de gasoil porque está más barata que en la península. Nos metemos en la única cafetería abierta en el puerto a desayunar unos churros y luego vamos hacia la frontera, que suele ser pesada. Sin embargo, tampoco encontramos mucho jaleo. Tardamos poco más de 1 hora en pasar la frontera; mucho menos de lo que esperábamos. En Marruecos era una hora menos.

La carretera de Tetuán a Chauen tenía muchas curvas y bastante tráfico. No sé si por eso o porque estábamos ya cansados, se nos hizo bastante pesada. De la frontera a Chauen tardamos cerca de 2 horas y media.


En Chauen nos alojamos en los apartamentos L'Atelier o Chez Akel, muy bien situados en una de las puertas de acceso a la medina. Como llegamos pronto, descansamos un poco y dimos un pequeño paseo por la medina antes de ir a comer.

Chauen es un pueblo delicioso, de rincones encalados y puertas añil, con una medina viva y bulliciosa. Los primeros comentarios de los niños eran que las calles estaban sucias y olían mal; luego se olvidaron y se iban parando en cada una de las tiendas, atraídos por las cosas y los olores.

A mediodía comimos en Casa Hassan, uno de los hoteles/restaurantes más apreciados en Chauen no sólo por la comida, sino también por su encanto. Primer menú: brochetas con patatas fritas para los niños; para los mayores, ensalada marroquí, tajine de pollo con ciruelas y pasas y tajine de kefta. de postre, melón. Todo estaba muy rico y teníamos mucha hambre!


Tras una pequeña siesta volvimos a dar un paseo por la medina y subimos hasta la fuente de Ras el Ma. Además del lavadero de la ciudad -que no sé si todavía seguirán utilizando- hay una pequeña cascada de agua helada donde la gente se moja los pies o se sienta para observar. Nosotros no podíamos ser menos y nos quitamos las chanclas para refrescarnos también.

De ahí, fuimos hacia la plaza de Uta el Hamman, llena de cafés, algunos restaurantes y de familias paseando al atardecer, cuando el sol desaparece. Por la tarde, la medina se llena todavía más de gente que sale a comprar, a hacer recados o a pasear.
Nos sentamos en uno de esos cafés a tomar nuestro primer té a la menta bien calentito, y un rato más tarde, vamos a cenar en otro restaurante de la plaza: pizzas, carne y ensaladas.

Nos fuimos pronto a dormir. Había sido un día demasiado largo desde que salimos de Madrid.

1 comentario:

Ana U dijo...

enhorabuena por esta informacion....solo me falta...¿una idea del presupuesto total por familia?????? aprox.

gracias!!!!